Soneto.-.-***
Muy mal me lo pasé con el maestro
convirtiendo en prisión la vil escuela,
hostigándonos siempre con su espuela
al exhibir su lado más siniestro.
No es extraño la fama de cabestro
que pronto fue dejando su secuela,
y que hasta hoy todavía duele tela
como si se tratara de un secuestro.
Jamás he asimilado los castigos
que de manera déspota se aplican
sobre la piel desnuda de un menudo,
que sin contar con pruebas ni testigos
tan solo sus amigos certifican
como se tuerce el cuero cabelludo.
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