Soneto.-
Si los ricos, tesoros se sortean,
suculento ha de ser el aliciente,
que conserva su dicha permanente
por todos los lugares que rastrean.
Ni por muy millonarios que ellos sean,
por suerte vivirán eternamente,
que cruel es la esperanza de la gente
si sus expectativas se estropean.
Si no hay dios que soporte la penuria
cómo haya quienes digan lo contrario
alegando que al alma purifica,
si acaso fueran pasto de la furia
verían sus creencias de corsario
en la boca de quien les mortifica.-
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