Soneto.-**
Entre risas y fiestas castigados,
cada noche a rezar la letanía,
ni me acuerdo de tanto Avemaría
si hasta los credos yacen ya olvidados.
Quizás no fueran muchos los pecados
que mi alma cometiese en batería,
por supuesto que nunca lo sabría
aunque tuviera muchos abogados.
Tal vez fuera verdad aqueste dicho,
que las plegarias cuando son de burro
es difícil que lleguen hasta el cielo,
pues hoy cuanto pienso es un capricho
producto del esfuerzo de mi curro
y también de los golpes de mi abuelo.
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