ABORREZCO LA QUEJA Y EL REPROCHE
Aborrezco la queja y el reproche,
si al verme sin razón fuera de juego
a la suerte del péndulo me entrego,
protestando por todo día y noche.
Quizás los argumentos no analizo
cuando los golpes fuertes no calculo,
porque mi madre ya rizando el rizo
según se cuenta, me parió de culo.
Y como quiera que salí sin monja
en mitad de Macondo y sin partera,
corriendo me llevaron a la lonja
a rociarme con ron de la manguera.
No se dieron presentes ni manjares
porque tiesos estaban los hangares.-
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