DEBEMOS MANTENERNOS VIGILANTES
Debemos mantenernos vigilantes
que las hienas salvajes nunca duermen,
y listas son poniéndose los guantes
para imponer sus cuitas aunque enfermen.
Con todo ese dolor me iré a la tumba
porque borrar no puedo la memoria,
ojalá no termine yo tarumba
dando vueltas al sol como una noria.
Queda claro que lejos de los curas
hoy se remueve toda mi existencia,
pues del hábito huyo, si me apuras
como de los verdugos, a conciencia.
Que listos son, diría más que el hambre,
sin caerse ninguno del alambre.
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