SONETO.-
A veces las paredes oyen todo
dejando los secretos en pelotas,
y no porque las piedras estén rotas
sino porque el percal no aguanta el lodo.
Pudiera ser que nadie sepa el modo
más adecuado de afrontar derrotas,
si alcanzar no consigue grandes cotas
donde encontrar sin pegas su acomodo.
A veces se critica sin mesura
aquello que rebota en nuestras caras
y que también nos toca las narices,
asunto que no tiene fácil cura
porque al hablar de situaciones raras
borrar no se podrán las cicatrices.
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