SONETO.-
GLOSANDO A ROSALA DE CASTRO
Tom la golondrina el viejo nido
cansada de volar a la deriva,
al mostrarse en su propio ambiente esquiva
sin voz en su terruo ms querido.
Agallas de mujer tuvo, y ha sido
ejemplo de saberse siempre arriba,
cuando firme tena la misiva
de no dejar su huella en el olvido.
Demasiado sufri nuestra poeta
Rosala de Castro por sus dotes,
y tambin por mostrase consecuente
al no medrar y parecer coqueta
admirando al varn por sus bigotes
sino por su tesn independiente.-
|