Soneto alejandrino, con doble rima
Por el mar de la vida
Por el mar de la vida, me llevaron los vientos
la proa a toda vela, desperdigando amores,
con bastante cautela, sin aceptar favores
con la gracia debida, gozando los momentos.
Hoy que nadie me pida puros los sentimientos
que dejando la huella no me sobran honores,
pues tiene mucha tela, que a veces los factores
no salvan al suicida de sufrir sus tormentos.
Pues derrochando dones, malogré mi alegría
con tristeza callada, rocío de mil gotas,
viendo como el otoño, nunca me consentía
ninguna payasada, que con las venas rotas
no se daban razones por las cuales podría
arrastrarme del moño o ponerme las botas.-
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