Soneto.-
Si no pudiera estar en paz conmigo
tapando mi supuesta semejanza,
mucho peor sería la venganza
y que la farsa fuera mi testigo.
Como así lo es la espiga con el trigo
manifestando diestra su asechanza,
y quisiera escapar de la alabanza
que me tiendan los golpes de un amigo.
Pues nacimos pensando que el afecto
no nos fuera prohibido a los mortales
tal como ocurre a cantidad de tiranos,
que lejos de pensar que se es perfecto
se pueden comportar como animales,
cuando no como auténticos villanos.
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