Soneto.-
Si la vida la llevo con trabajos
y lo que más pretendo es paz y gozo,
aunque deba obtenerlos bajo un pozo
déjenme que yo elija los atajos.
Nada me importarán los altibajos
si me cuido al amparo de un sollozo,
que evitando cualquier vulgar destrozo
no quiero me confundan los legajos.
El camino del ego no es mi fuerte,
pero tampoco lo condeno a postas
dejando a la razón que me domine
ante mi desencanto por la muerte,
pues tantas sombras pintan tan angostas
que lo extraño será que no alucine.
|