Soneto.-
Mientras hoy me picaba la zozobra
nunca pienso si acaso me equivoco,
si por mi terco cabezón provoco
tener que rechazar una maniobra.
Pues ya propone mi razón de sobra
que avanzando a merced de un mundo loco,
el precio que se fija por sofoco
en carne propia la salud lo cobra.
No quisiera tener sutiles dones
las veces que ante todo mi cuerpo huye
de extrañas situaciones de violencia,
porque no puedo tener mis sensaciones
contentas si en la mente se zambulle
todo un mar de temores sin licencia.
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