Soneto.-
Qué le podrá importar a este planeta
mi caminar sobre su piel agreste,
si nada debo ser que le moleste
más que al aire una agónica cometa.
Acaso no me siento un buen atleta
que llegando con hambre del oeste,
reivindique hoy que nadie me deteste
porque me esfuerce en conseguir la meta.
Ni quiero arrepentirme mientras viva
de cualquier opinión que piense y jure,
estando en condiciones de buen juicio,
porque siempre yo estime relativa
la desgana que sufra mi barriga
desde que me aprendí bien el oficio.
|