Soneto.-
Quien de culpa se sienta libre, chico,
que con sus cruces ande bien ligero
y que la piedra tire aquí el primero
si no quiere que Dios le cierre el pico.
Yo con pena y sin gloria le critico,
aunque oculto quizás en su agujero
sus delitos los pague con dinero,
como acostumbra hacer sin duda el rico.
Con premura se encarga el mal cristiano
de manchar la conciencia de los pobres
largando bien a gusto sus recetas,
perdonando de culpas al tirano
que al entregar tal vez sabrosos sobres
en el cielo descansan sus profetas.
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