SONETO.-
Que nunca se malogre la entereza
que el malvender la dignidad obliga,
porque seguras dádivas persiga
y a los infiernos lleve la cabeza.
Pudiera ser que sordo y por pereza
a menudo me rasque la barriga,
y ya ninguna meta yo consiga
por falta de tesón o por torpeza.
Que a todo se acostumbra el ser humano,
máxime viendo como el tiempo corre
sin conceder minutos de descuento,
porque morir me gustaría sano
y que del mapamundis se me borre
para que nadie asuma mi tormento.-
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