Soneto.-
Hoy denunciemos juntos a los bancos
que sin rubor nos roban las entrañas
y la plata nos pulen con sus mañas
por más que ante la ley se hagan los mancos.
Si resultar resultan siempre francos
vendiendo sus chanchullos y patrañas,
al desgraciado inculcan musarañas
sin percibir los golpes por los flancos.
Igual, perdido el Norte, y la Justicia,
el pez grande se come siempre al chico
ayudado quizás por los gobiernos,
cosa que deja ya de ser noticia
por más que en mis poemas les critico
y les mando pardiez a los infiernos.
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