Si cuando tienes confianza
relajas la cornamenta,
mas sin ninguna tardanza
te rompes la vestimenta.
Si cuando tienes confianza
ya miras para otro lado,
con la mayor añoranza
te encuentras acorralado
Muy bien que lo sabes, cuando
relajas la cornamenta,
ya puedes estar rezando
si tu mente no revienta.
Y agárrate bien la panza,
pues sin refugio a la vista
y sin ninguna tardanza,
al cielo pasas revista.
Al final siempre ocurre
que quien sufre se lamenta,
pero si nadie recurre
te rompes la vestimenta.
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