SONETO.-
Cierto será que rico sin cabeza
se quedará sin piel y sin fortuna,
y ojalá, con los dos pies en la luna
se las vea orgulloso de su proeza.
Y es que sin luces, harto de cerveza,
hoy quien con sus problemas desayuna
fácil que arruine su ostentosa cuna,
antaño, admiración de fortaleza.
Por mí, lo juro, que le den morcillas
a todo aquel que víctima del vicio
de la cuneta igual no se levanta,
y si lo logra pues, que tire millas
hasta que en el siguiente precipicio
sus propios socios tiren de la manta.-
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