Soneto.-
Si hoy desaparecieran los lisiados
que a los ministros rompen presupuestos,
al instante estarían muy dispuestos
que se sumen también los jubilados.
Y ya en lisa que palmen los parados
que por más que se sientan hoy molestos,
volver no volverán nunca a sus puestos
aunque estén de comer necesitados.
Porque luchar el débil ya no puede
si su existencia el rico le machaca
mostrando sin pudor su cara dura,
tanto que ni a los jóvenes concede
llenar de vez en cuando la buchaca
que iniciar le permita su aventura.-
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