SONETO.-
Si vanos fueran todos mis desvelos
a la mar caería mi esperanza,
donde espero se quede la venganza
aunque luego me tire de los pelos.
Pues anidando aún muchos anhelos
en mis arrestos pongo la confianza,
sin dejarme llevar por la alabanza
que tirado me deje por los suelos.
Y es que, no en vano, escucho al inconsciente
gritando que me aleje del abismo
donde meter me quiere algún profeta,
que a menudo con cara de serpiente
mis pasos manipula con cinismo
cuando aceptar no acepto su receta.-
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