Soneto.-
Llevándose el tesoro del rey Midas
trincamos a políticos supuestos,
que resultaron siempre ser modestos
después de repartirse las partidas.
Y es que por escapar de las batidas,
sin par todos se muestran tan dispuestos
a defender con cantidad de gestos,
cuantas conductas fueran socorridas.
Pues tendremos que darle caña al mono
si no se despabila suficiente
mucho antes de agotar legislatura,
porque a juzgar por el horrendo tono
nada bueno les pasa por la mente
si preparan los daños con premura.
|