Con cariño recuerdo todavía a mi abuela
por sus sabios consejos, tan llenos de ironía,
porque por su experiencia y gran sabiduría
siempre y muy a propósito tenían mucha tela.
Motivo por el cual, siguiendo yo su estela
igual hasta el infierno mi alma la seguiría,
porque fuerzas al cuerpo seguro le daría
sabedora del éxito de su genial escuela.
Que me diera comprendo, tortazos con la suela
pues así la señora, quererme me quería
haciéndome cantar el rosario a capela
sin cenar cada noche si no me lo sabía,
porque siguiendo el código de la tatarabuela
un hombre de provecho de mayor de mí haría.-
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