Soneto.-
Si paso por la vida de sirviente
pronto te acusaré de miserable
y puede que también de maleable
por mi existir de los demás pendiente.
Incluso si viviera bajo un puente
mi voluntad podría ser variable
y por qué no, tacharla de admirable,
al ser visto de forma irreverente.
Porque la dignidad no tenga precio
y delante de nadie nos humillen
¡que viva la entereza del esclavo!,
que haciendo su trabajo con aprecio
nunca más sus hermanos le acribillen
que sus derechos tiene al fin y al cabo.
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