Soneto Cautivo.-
Es mi alma que delira
la que tan a menudo me atormenta,
poniendo mis bondades a la venta
disimulando siempre su tremenda mentira.
Hoy puedo sentir como mi corazón suspira
y en su batalla diaria se lamenta,
al sentir que el estómago revienta
de impotencia la tira.
Hambriento de fortuna fácil vivo
aunque tampoco quiero morir en el intento
porque con poco soy feliz a veces,
tanto que con frecuencia tentaciones esquivo
no sin antes cubrir el pensamiento
de muchos argumentos y razones con creces.
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