Soneto.-
No trato de correr detrás del viento
viendo cómo el amor se desvanece,
pues ni aún siendo el mismo que a los trece
ahora callaría el pensamiento.
Nunca interpuse sin igual acento
dejando aparte lo que el cielo ofrece,
si bien el cuerpo queda y permanece
hasta que se me rompa el sentimiento.
Acaso he de sentir banal modestia
de cuánto se estremezca si es que no amo
sabiendo que mi sangre reacciona
siempre, cualquiera fuera la molestia,
y aunque de corazón nunca reclamo
tampoco tanto apego me apasiona.
|