La rutina es el veneno
que mata la vida diaria,
al considerar lo ajeno
la endecha comunitaria.
La rutina es el veneno
de todas las convivencias,
y yo afirmo que no es bueno
desperdiciar las vivencias.
Pues muy bien comprobamos
que mata la vida diaria,
si al tiempo no le damos
su partida arancelaria.
Y bendito es el terreno
que renueva su cosecha,
al considerar lo ajeno
bajo sensata sospecha.
Porque en la gracia está el gusto
por lozana y necesaria,
por ahorrarse el disgusto
la endecha comunitaria.
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