Soneto.-
Tantos errores por doquier sembramos
que confusa respira la conciencia,
hasta perder a veces la paciencia
que de momento cuenta ni nos damos.
Quien sabe si con gusto suspiramos
fruto de la terrible negligencia,
al permitirnos hoy cualquier licencia
con la cual a los débiles cascamos.
Pues faltos de humildad por el miedo
a relucir sacamos los prejuicios
que de orgullo nos tupen las narices,
cuando importar pudiera siempre un bledo
actuar manipulados por los vicios
que obviadas quedarán las cicatrices.
|