SONETO.-
Mirar al mundo como el propio espejo
es cuanto el corazón a mí me dice,
que todo cuanto ocurre lo analice
si quiero con salud llegar a viejo.
Puede ser que jugar me guste al tejo
sin escuchar a quien me contradice,
buscando que mi herida cicatrice
aunque me consideren un pendejo.
Y es que si a mi interior con fe lo escucho
el responsable soy si me equivoco,
que a nadie culpo de mis locas cuitas
porque aunque sea el último cartucho,
que manco yo me quede si estoy loco,
lo quemaré comprando papas fritas.-
|