Son tus ojos como flores
niña del amor hermoso,
que suerte tiene tu esposo
si así lo fuera en amores.
Pues háylos que son dolores
secretos tras la piel de oso
que al ver su brillo jocoso
te sacan bien los colores.
Que bien venden su belleza
disfrutando buen provecho,
y a fe mía que es verdad
su juego de sutileza,
rompiendo el alma en el pecho
por falta de lealtad.
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