HAGAMOS EL AMOR Y NO LA GUERRA
que siendo nuestra vida apasionante,
la avaricia a los hombres los entierra
llevándoselo todo por delante.
Ya ves que con mis versos doy el cante
a todo el malhechor que se presente,
aunque en medio de un mundo delirante
cuanto diga resulta incoherente.
Por eso caminando voy sonriente
hasta que aguanten mis fornidos huesos,
siendo ante los fracasos muy valiente
y siempre comedido en mis excesos.
Dando las gracias don Manuel termino
brindando con un buen vaso de vino.-
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