Soneto Blanco
Oculto en un rincón de la memoria
sin duda alguna guardo tu recuerdo,
quizás creyendo así que tú me esperas
a compartir el sol de cada día.
Pero se pasa el tiempo y nada ocurre
que a la postre alimente mi esperanza,
seguramente frágil ni saludo
para seguir sin fuerzas adelante.
Así es que aparecen los sofocos
llevándome sin pausa a la locura
en tanto se me cruzan las razones,
al llenarme el cerebro de deberes
con los que perderé la libertad
en los temas de amor incomprendido.
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