Soneto.-
Como bulle la carne en sus deseos
el amor se cruzó con mi dolor,
hasta encontrar un nido sin calor
con ganas de pegarse a tiroteos.
Y en mis brazos vacíos de trofeos
se desplomó rendido ya el fervor,
mientras que por los poros el pudor
no me dejó de provocar mareos.
Tanto esfuerzo bastó para mostrarme
al límite la sombra de mis cuitas,
que en el umbral de la razón demente
sus toques bien pudieron desquiciarme,
al medir al milímetro las citas
de manera insensata e imprudente.-
Luis Pérez.-
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