Incubando una víbora en mi pecho
he malgastado parte de mi vida,
pudiera ser que yendo de suicida
ni borracho me sienta satisfecho.
Quien sabe si pecando de cohecho
los malos modos hacen que me impida
a mí observar de forma entretenida
subir en chanclas hoy cualquier repecho.
Y es que viajero soy empedernido,
que quieto quedaré sin gloria alguna
cuando estire señor frito la pata;
y seguir caminando a Dios le pido
ya sea por la tierra o por la luna
convertido, a saber, en garrapata.-
|