Soneto Cautivo.-
La dolorosa infancia
la viví siempre a tope, agradecido,
tal vez queriendo abandonar el nido
pero sin abrazar ninguna militancia.
Y tanto que educado lejos de la abundancia
hoy sin prejuicio a mi razón le pido,
que si al final me viera consentido
no pierda la constancia.
Porque una vez se olvida la miseria
fácil resultaría cometer injusticias
llevado por el ansia de venganza,
llegando en el futuro a montar una feria
en la cual exhibiendo las malicias
se llegara a pensar en reventar la panza.
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