PARA TAPAR DE NIÑO LAS HERIDAS
Para tapar de niño las heridas
ya me inventaba diferentes cuentos,
fantasías, batallas, pensamientos
que me surtieran siempre de salidas.
Algunas resultaban aburridas
y desnudas mostraban sus tormentos,
si tiesa la razón, sin sentimientos,
la mente me zurraba con sus bridas.
Y con un nudo atado a la garganta
asfixiado seguía mi camino
sin fijarme jamás ninguna meta,
pues si hubiese tirado de la manta
manipular pudiera mi destino
de haber podido dar con la receta.-
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