Nunca jams pongamos etiquetas
a nuestro modo de pensar distinto,
porque de nada vale un laberinto
donde se den diablicas recetas.
Porque usar no se deben escopetas
para imponer a la razn precinto,
como si reprimiendo por instinto,
se consiguiesen hoy todas las metas.
Que reine sin descanso la cordura
y se imponga el amor con tolerancia
que sobrar ya nos sobran religiones,
en nombre de las cuales la locura
a condenar nos lleva en la distancia
a todos los que crean los follones.-
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