VIENDO CORRER LA SANGRE POR LA ACERA
Viendo correr la sangre por la acera
de mujeres y nios inocentes,
no existen comentarios coherentes
que doblegar consigan mi sesera.
Y es que engrosar pretenden la cartera
quienes con argumentos deprimentes
convencen a sargentos y tenientes
a ver fantasmas donde nunca hubiera.
Mejor ser que nunca hagas caso
si notas que me pongo caprichoso,
debido a que al hablar din dentadura
la lengua se me traba cual payaso,
tanto que me resulta doloroso
ser blanco de mi propia catadura.
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