Mi buen Luciano…
sembraste con tus voces las corrientes
de tu canto por todos tan querido,
torrente de tu risa… seductora...
fue el timbre de la copa encantadora
del área que enternece tu sonido.
Tenor enorme, de voz arrobadora
eres Luciano en Italia tan amado
como el que más en todos los confines,
te siento Pavarotti con voz de serafines
en tus notas del canto atribulado.
Y Módena es tu cuna, enternecida,
donde arropaste tu niñez lejana,
y ahí florece tu alma labradora
al ver cómo se apaga en negra hora
esa vibrante voz… que te engalana.
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