Llorar, morir, salir por falsa puerta,
es la fuga del cobarde, es la partida
del tránsfuga que se aparta de la vida
y deja a su paso la ilusión ya muerta.
Hoy, afrontar la vida es necesario
en esta lucha de pasiones ciertas,
abrir sin llave las cerradas puertas
y transmutar así el incensario.
Es fe, calor, pasión, amor y suerte
la ruleta ideal que nos da la vida.
La mano amiga todo lo transmuta
en el largo transitar hacia la muerte,
pues bebemos de nuestra propia herida
las heces del dolor y la cicuta.
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