EL MAL CON SUS PRECEPTOS ABSOLUTOS
El mal con sus preceptos absolutos
libertad al discpulo no deja,
si bien algn aclito lo festeja
fumndose igual varios canutos.
Ya s que siendo mis arranques brutos
llevarme yo pudiese una colleja,
cuando mi boca el verbo despelleja
como al ruin timonel sus escorbutos.
Pues culpar a un chaval descarrilado
por un sistema crptico a las bravas
que el armamento vende en el mercado,
para adquirirlas nunca pone trabas
al verse el industrial recompensado
como cualquier imbcil tragaldabas.-
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