SONETO.-
¿Cuántas veces no pongo la orejera
y se me niega todo lo que pido?
Pudiera ser que todo esté prohibido
para quien nada lleve en su cartera.
Será que verme tieso no quisiera
y menos malamente recibido,
cuando en mis trece yo me he mantenido
firme, y así lo espero hasta que muera.
Que medrar por la vida de colgado
hoy no vale la pena, ni de coña,
mientras tanto me saquen el pellejo,
porque mandándome de lado a lado
cual muñeco me tiran de la moña
siendo de sus fantasmas fiel reflejo.-
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