NO SÉ SI FUERA GRANDE MI PECADO
No sé si fuera grande mi pecado
sobrevivir de padre tan ausente,
que tratando de ser irreverente
mi vida la condujo con enfado.
Tan mal disimuló su desagrado
que no me habló jamás de su presente,
ni siquiera hoy vería inconveniente
digo, para llamarme desgraciado.
Oculto entre el deber y la obediencia
fue por la vida siempre de sumiso
para no herir los hilos de la historia,
desde siempre heredados a conciencia
bajo el incomprensible compromiso
que del rastro se tenga en la memoria.
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