Soneto Cautivo.-
Si dedicar pudiera
a descansar el resto de mi vida,
fácil fuera sanar cualquier herida
que sin pestañear llevo junto a mi vera.
Pues harto de sudar mi pobre cabellera
presto quisiera maldecir la brida,
que dando la tarea por cumplida
llenase mi cartera.
Porque no quiero más obligaciones
que rompan mi rutina hoy libre ya de antojos,
como a diario quizás les venga en gana
a los jefes del coto que llenos de razones,
nos sellas las salidas con cerrojos
cuando mejor les venga al toque de campana.
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