SONETO-
Controlar al vecino gusta tanto
que a menudo a incordiar nos disponemos,
y aunque de espaldas se nos vuelva el santo
todo nuestro sudor empeñaremos.
Igual da que perdamos hoy los remos,
que manteniendo la canasta a tiro
de poco o nada sirven los varemos,
si gozar no logramos del zafiro.
Quizás como un pirado yo deliro
mirando la demencia del que manda,
y aunque contra el gobierno me reviro
talegazos me doy de banda a banda.
Por eso siendo a diario coherente
razón tiene el tarado en ser demente.-
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