Tu imagen desprendida,
acomete en mi mente,
y ante mi partida
mi piel desborda lentamente.
Mis venas en su juego
se desvanecen en tu pecho,
cantan, besan, acarician luego,
y tu corazón salta de su lecho.
Tu imagen en mi espalda
tiembla en la penumbra,
cada vez que mi boca escalda
cada vez que mi ser te nombra.
Tu imagen en mis ojos
soslayas al mundo en su palabrería,
cada vez que tus labios rojos,
anidan en el alma mía.
Tu efigie en mí; cálida, nublada.
La sensación que tengo
viendote en mi mente alada
mientras te sostengo.
Te concibo mientras te palpo.
Te amo mientras nos deseamos.
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