Te quiero cantar, mi Diego
una canción temprana
en diciembre y en enero
al despuntar la mañana,
que te despierte ligero
como avecilla sin sueño
y en tus ojitos redondos
se vea el derroche del cielo.
Eres, diablillo mi nieto,
artesano del destino
que a través de mi camino
hoy me tendiste la mano
para sembrar en mi huerto
la simiente dorada
y en un futuro de ensueño
el apellido Serrano.
Dale a tus padres amores
a tus abuelos mil besos,
a Macarena centellas
a tu Patria mil honores.
Siembra lucientes estrellas
y cuando sientas dolores
toma del surco las flores
y aroma tu vida con ellas.
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