SONETO.-
Amigo del silencio me defino
porque a callar de niño me enseñaron,
y tremendas palizas me pegaron
hasta dejarme mudo en el camino.
Es curioso que nunca perdí el tino
por mucho que la piel me machacaron,
pero a pensar de prisa me obligaron
que a hilar me encaminaron ya muy fino.
Hoy habiendo encontrado lumbre y techo
tirando voy a trancas y barrancas
hasta que el cuerpo sano caña aguante,
y ojalá que acabando satisfecho
mover a gusto pueda mis palancas
que a seguir me permitan adelante.-
|