Soneto Cautivo.-
Pocos nos damos cuenta
mientras nos enfrentamos a la muerte,
ojalá que tengamos mucha suerte
y felices con creces cumplamos los noventa.
Pero viendo que el alma la ponemos en venta
de poco vale presumir de fuerte,
si el cuerpo ya reposa bien inerte
en su forma más cruenta.
Para disimular superfluos miedos
a varios amuletos a veces recurrimos,
porque vivir conscientes ya nos marca
mal no viene aferrarse a veces a los credos,
cuando al final sin ánimo partimos
siguiendo a cien por hora el rastro de la parca.
Luis Pérez.-
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