SONETO.-
Cercado de imposibles infinitos
a la batalla voy cada mañana,
teniendo claro que escardar la lana
requiere mogollón de requisitos.
Y es que ausente no veo que entre pitos
y flautas la melena tenga cana,
ni puedo hacer lo que me dé la gana
aunque invoque a los cielos con mis gritos.
Será que por vencido no me doy
que a la montaña sigo aún subiendo
como si fuera un diligente galgo,
cuando con mi mochila a cuestas voy
sabiendo que de mí sólo dependo
si con coraje y voluntad me valgo.
|