Soneto Cautivo.-
Dicen que con las glorias,
previsto un tiempo hoy quizás ya largo
su contexto se vuelve muy amargo,
y por esa razón se olvidan las memorias.
Será que siempre ocurre con las locas euforias
que acaban por cobrar cuantioso embargo
al fijarse cualquier doloso cargo
reuniendo sus escorias.
Así nos amargamos del presente
al beber del pasado con toda la premura
los odios con el ánimo que fuera,
pues cuando las desgracias resurgen de repente
bastante pronto pasan la factura
suponiendo a la postre la más cruda frontera.
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