SONETO.-
Todo filósofo su rollo cuenta
como mejor le salga de la boca,
y si acaso de veras se equivoca
su frágil compostura le revienta.
Y es que quien sin cerebro se calienta
igual con sus prejuicios se coloca,
y sin pestañear como una roca
no muere hasta que cumpla los noventa.
De todas formas por aquí ni el tato
se queda y todo el que se va no vuelve
a traernos noticias, de momento,
pues ni con siete vidas aun el gato
este asunto con éxito resuelve
al ver poco seguro su alimento.-
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